Quisiera escribirle al viento
que me siento acorralada,
evoco a Dios desolada
y le digo lo que siento,
es inútil el intento,
el vértigo en vibración
hoy llora mi corazón,
extraño aquél firmamento
elixir, dulce alimento
desmayo de mi razón.
Frente al rojo de su noche
amparo en cielo estrellado
el sol se queda callado,
mis lágrimas en derroche,
fuentes turbias sin reproche
el edén siempre a su lado,
mi espejismo mutilado
entregándome a sus besos
a sus huellas con excesos,
su espíritu me ha modelado.
Oh! cuánto lo he adorado!
fundido en la melodía
así, soñé noche y día
en su imperio tan sagrado,
trazos de amor venerado
rendida, su enamorada,
fui a dormir en su morada,
dejando la luz de mi alma
en temblor de paz y calma,
quise ser su flor amada.
Esther Gladys Noriega
31/7/2012
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